Desde muy pequeña he escuchado que quien tiene un buen amigo tiene un tesoro. Hoy más que nunca puedo suscribir, palabra por palabra esta sentencia.
Uno nunca sabe ni cuándo ni en qué momento puede necesitar la ayuda de un amigo, pero en esos momentos en los que estamos en la cuerda floja, (ya sea por cuestiones personales o profesionales), cuando creemos que debemos tirar la toalla, acude ese amigo a echarte una mano, en ese preciso momento, sin esperarlo y cuando más lo necesitas.
Éste ha sido mi caso. Cuando pensaba que el mundo se me venía abajo, cuando pensaba que no iba a poder, unas amigas me echaron una mano, -más que eso- y me ayudaron cuando más las necesitaba.
Por eso, aprovecho hoy, día de la Esperanza, que es lo último que se pierde, para darles las gracias por lo que han hecho, porque no tengo palabras para expresar lo que sentí cuando me ofrecieron su ayuda y porque se lo merecen. Que sirvan las líneas de mi blog para agradecer a Marta Tocón, a Elena Reina y Ángela Uceta el cariño que me han demostrado. Por haber demostrado su calidad humana.
Especialmente para ellas. Besos y Abrazos.
martes, 18 de diciembre de 2007
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